Los cambios que el Banco Central (BCU) propuso en relación a cómo se calculan las jubilaciones de los uruguayos por el pilar de ahorro previsional generaron elogios —por ejemplo, de las AFAP y las aseguradoras— como también fuertes críticas. La última salió del Pit-Cnt. Desde la central sindical afirman que, de prosperar, estas modificaciones harían bajar las jubilaciones y castigarían con mayor dureza a las mujeres, pero sí tendrían éxito en volver más atractivo el negocio para las empresas de seguros.
Hoy el único actor que ofrece el producto de renta vitalicia es el Banco de Seguros del Estado (BSE), negocio que le reportó pérdidas por US$ 40 millones en 2016. Para este año, estima que esa cifra trepará a US$ 50 millones. Estos números rojos son los que mantienen alejadas a las aseguradoras privadas de este nicho, por lo que el BSE es el único jugador del mercado.
Sobre fines de 2016 el BCU puso a consulta una lista de cambios en el mercado de las rentas vitalicias —las pasividades que abonan las firmas aseguradoras en base al dinero ahorrado por la persona a lo largo de su vida en las AFAP— que generan que ciertos criterios de cálculo de las jubilaciones futuras pasen de tener un valor fijo a ser variables en el tiempo y actualizarse en función de nuevas fórmulas.
Un informe realizado por el economista Hugo Bai, del Instituto Cuesta Duarte del Pit-Cnt, plantea una serie de cuestionamientos a la propuesta del BCU. Se trata, definió, de un "cambio de reglas de juego muy importante".
El trabajo —titulado "La crisis en el pago de las jubilaciones del régimen AFAP. Análisis crítico de los cambios propuestos por el BCU" y presentado en la sede de la central sobre la calle Jackson— califica como el "cambio más importante" al hecho de que ya no se fija una renta mínima que las aseguradoras deben pagar —como sucede actualmente— sino que se "propone que se utilicen como referencia para que cada aseguradora fije un margen bruto".
De acuerdo al informe, de esta manera el BCU "cede" su potestad de establecer una jubilación mínima y se la transfiere a las aseguradoras. Así, se "garantiza el negocio en detrimento de las jubilaciones", sostiene.
Por otra parte, asegura que hay una "penalización" hacia las mujeres, puesto que frente a un mismo nivel de ahorro, tendrán una jubilación menor a la de los hombres (estimado en entre 5% y 6% menos) por su mayor esperanza de vida. Esto ocurre porque el monto a repartir se divide entre un número mayor de meses. Para evitar esto, dijo Bai, en otros países las tablas de mortalidad que se utilizan son unisex.
Otra de las modificaciones del BCU es la Renta Teórica Pura (RTP), que surge de una fórmula que determina el monto que recibirá el jubilado cada mes —que luego se actualizará anualmente por el Índice Medio de Salario Nominal (IMSN)— y hasta ahora funcionaba como el pago mínimo, pasará a ser un valor de referencia al que cada aseguradora podrá sumarle sus ganancias y los costos de administración.
Además, la tasa de interés técnico que se suma al ahorro individual al momento del cálculo jubilatorio (que ahora está fija en 1,5%) pasará a determinarse por los rendimientos de los títulos de deuda indexados y se actualizará cada seis meses. Según el informe, esto hará que la jubilación se vuelva muy "sensible" al semestre en el que la persona decida retirarse. Agrega, además, que esto profundiza la "incertidumbre" acerca del monto de la prestación.
Asimismo, el economista dijo que el BCU pretende con esto, entre otros, generar competencia entre las aseguradoras pero se mostró escéptico en que esto sea eficaz. Se corre el riesgo, dijo, de que estas firmas acuerden determinados márgenes para garantizar su negocio.